Godofredo Garabito Gregorio

COFRADÍA DE LA PASIÓN

MEDINA DE RIOSECO

COLABORACIÓN

 
 
Esta es una colaboración especial para esta página web del ACADÉMICO DE LA REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN, y HERMANO DE HONOR de la Semana Santa de Medina de Rioseco, D. Godofredo Garabito Gregorio.

Caminante o peregrino que pisas las llanuras de la Vieja Castilla: has de saber que estás dejando tus huellas por donde tantas culturas amasaron panes hechos de trigales de Tierra de Campos, donde se defendieron credos y territorios a golpe de espada esgrimida con la misma destreza que el arado romano.

Campos de trigo y robles, de encinares y de pinos, de brezos y enebros, que conjugan su armonía ecológica con las torres de las catedrales y los románicos claustros monacales. Aquí el hombre rudo o culto tiene siempre timbre señorial, pues vive en palacios o casonas blasonadas, o en otras de adobe y mampostería. Entre todos han creado mercados bajo los soportales, donde también se parlamenta y se discute de lo divino y de lo humano. Escritores como Ayala, Unamuno, Azorín, Delibes o Jiménez Lozano así lo acreditan en sus relatos y novelas.

Caminante o peregrino: detente en Medina de Rioseco, Cabeza de los Estados de los Enríquez, que fueron tronco y cabeza de la casa real castellana, y de otras de singular rango en coronas europeas, entroncando con preclaros linajes. Detente porque Rioseco, en los días del plenilunio de Nisán, en la Parasceve, se llena de solemnidad artística y religiosa, no solamente por las monumentales esculturas que desde el siglo XVI exhiben los pasos de Semana Santa, sino también porque la fidelidad de un pueblo a sus raíces y a su fe es patente.

La Semana Mayor de la Cruz se siente y se revitaliza cada primavera entre los miles de hijos de esta villa, y en los ausentes que llegan mezclados con turistas de otras latitudes. Los grandes escultores castellanos del barroco y del gótico - Jordán, ,Juni, Gregorio Fernández , Bolduque, Sierra, Tudanca- han tallado retablos y nazarenos, crucificados y dolorosas. Habría que destacar algunos pasos monumentales, como el Descendimiento y La Lanzada. Su peso de más de tonelada y media cada uno supone la rivalidad de las cofradías y sus mozos, porque sobre los hombros de veinte hombres discurrirá la procesión por las viejas rúas y recoletas plazas de Rioseco.

Y las calles porticadas, y los silencios callados, y los redobles de tambor destemplado, y los rezos de los hermanos penitentes serán heridos por el grito del pardal, clarín que se hereda de padres a hijos y convoca al recogimiento. Entre tanto, los recintos de sus iglesias y las preciosas capillas de sus conventos se llenarán de aroma cuando el pan ácimo, hecho Eucaristía, vuelve a sentir el mandamiento de amor del Jueves Santo. Y la Torre de Santa María, jaculatoria en piedra, se crecerá hasta perderse en las estrellas de la noche del Viernes Santo, cuanto los cirios ya han dejado su huella en las calzadas de la villa. Después el cirio pascual llenará de gozo un Domingo de Resurrección, al tiempo que florecen en la campiña los almendros.

GODOFREDO GARABITO Y GREGORIO

 

Viajero que aquí llegas

Te invito en el brocal de mi alegría

a beber agua pura en esta orilla,

do se funde la luz con nuestra arcilla

y se toma el trigal Eucaristía.

 

Viajero, aquí verás a pleno día,

de la Santa Pasión la maravilla

que en Rioseco se siente más Castilla

por tanta austeridad. Y en agonía

 

verás Cristos de palo en tal clemencia

que por la Rúa en noche transcendida

proclama Redención con su presencia.

 

Tan sólo aquí, veras tan redimida

la humanidad entera. Tanta esencia

veras, viajero, como tanta vida.

Godofredo Garabito Gregorio.